El
libro bajo la almohada
|
The
Book Under the Pillow
|
Mi amigo el
Ratoncito Pérez se estaba quejando.
—Los niños de hoy se
han vuelto tan exigentes —lamentó mientras devoramos un
pedazo de queso panela bien rico. —La otra noche estuve
debajo la almohada de un chamaco haciendo el trueque de
siempre, moneda por muela, cuando de repente se despertó. |
[Note: The
Ratoncito Pérez is the analog of the Tooth Fairy in
many Latin American cultures]
My friend the
Ratoncito Pérez was griping.
"Kids today are so
demanding," he wailed as we scarfed a delicious
chunk of cheese. "The other night I was down beneath
some kid's pillow doing the usual, the ol' money-for-molar
thing, and all of a sudden he wakes up." |
—"Oyes, Pérez", me dijo el chavo, "¿otra
vez con la feria? Me late que esto da un toque impersonal.
Cuando se me caiga el próximo, espero que me dejes otra
cosa a cambio. Se puede hacer pedidos en tu website,
¿verdad?" |
"Hey, Pérez!" he says
to me, "you're back with the chump change again?
Seems to me that's kind of impersonal. When I lose
my next tooth, I hope you'll give me something else in
exchange. I can place an order at your website,
right?" |
Aunque supe que no tiene web, sé también
que cuando más hable mi amigo Pérez, menos queso consume.
De manera que pregunté,
—¿Qué dijiste al chavito? Y, a propósito, ¿cuándo
conseguiste tu website? |
Although I knew Pérez doesn't have a
website, I also know that the more he talks, the less
cheese he eats. So I asked him, "Yeah? What'd
the kid say after that? And by the way, when did you
get your website?" |
Con lo cual me saltó un rollo sobre el
malvado Internet, despilfarrador de la niñez, y de como
los muchachos de hoy no se fijen en nada más que en sus
computadoras. Mientras que me comía contento el panela. |
That got him started on a big speech condemning the damned
Internet, Scourge of Modern Youth and all that, and how
today's kids think of nothing else but their computers.
Meanwhile I finished off the last of the cheese. |
—Tienes razón, carnal— le dije al tragar el
último bocado. —Les gusta la informática. Pero eso no es
todo. Hay otro medio de información y diversión que les ha
encantado los chicos de todos los tiempos y sigue
haciéndolo aún. Trae palabras y colores y dibujos y
fantasías, y ni lo tiene que enchufar.
Le sugerí a Pérez
que en su próxima salida trayera una mochila de libros
bien escogidos en vez de la habitual bolsa de dinero. |
"Yeah, man, you're absolutely right," I told him as I
swallowed the last mouthful. "They like all that
electronic information-age stuff. But that's not
all. There's another source of information and fun
that has been charming kids since way back when, and still
does. It has words and colors and pictures and
fantastic ideas, and you don't even plug the thing in.
And I suggested to Pérez that the next time he made
the rounds, he should try bringing along a bag of
well-chosen books instead of his usual sack of small
change. |
Cuando volví a verlo una semana después,
Pérez se vió como ratoncito nuevo.
—Eres un genio— me elogió. —Pinche comelón, eso
sí, pero sabio de a de veras. |
When I saw him again a week later, Pérez looked
like a changed rodent. "You're a genius!" he raved.
"A damned glutton, sure, but a pretty smart guy, I've
gotta admit." |
Pérez me dijo que los niños desdentados se
emocionaron al hallar los libros que deslizó bajo sus
almohadillas: cuentos de hadas, ediciones bilingües, tomos
duros a prueba de agua para los más pequeños, hasta libros
"pop-up" cuyos imágenes saltan en tres dimensiones
al abrirse. |
Pérez told me that the
tooth-losing ankle-biters were thrilled to find the books
he'd slipped under their pillows: fairy tales, bilingual
books, sturdy waterproof board books for the littlest
ones, even pop-up books whose pictures leap out in three
dimensions when you open them. |
Algunos nunca en sus vidas habían recibido
tal regalo. Pidieron a sus papás que se los leyeran una y
otra vez.
—Algo bonito —se maravilló, emocionado.
Esta vez Pérez, pensativo, sí agarró su
parte debida del queso. |
Some of those kids had never gotten a present like that in
their whole lives. They asked their parents to read
the books to them over and over again. "It was a
beautiful thing," Pérez marveled, clearly touched.
And this time, lost in thought, he managed to snag his
fair share of the cheese. |
Manda tus preguntas sobre libros y
bibliotecas a bibliotecario@netzero.net |
Send your questions about
books and libraries to bibliotecario@netzero.net |